sábado, 8 de marzo de 2008

Hipocresía

Hubo algo en él, que desde el principio me pareció intrigante. Tal vez esa forma de mirar por la ventana la decadente vida de la sociedad humana manteniendo la misma expresión durante horas sin dar muestras de aburrimiento era lo que más llamaba mi atención. Con solo verlo me daba cuenta que su vida era una antorcha con un fuego a punto de extinguirse, y mis ansias de charlar con él iban en aumeno pues el tiempo estaba en mi contra y no quería que alguien más hiciera mi trabajo.

Las cosas se dieron naturalmente el día en que su rostro cambió y el dolor dejaba marcas en su expresión, y fue allí cuando tuve la oportunidad de acercarme y brindarle una última charla, mientras su estado general se deterioraba aún miraba por la ventana.

Esa conversación trataré de reproducirla con el mayor de los aciertos, pues mi mente es imperfecte e incompleta, las primeras preguntas fueron las de rigor y no vale la pena exponerlas acá, finalmente hice la pregunta que tenía en mente desde hace algún tiempo:
-¿Que tanto le divierte mirar por la ventana?

Me miró desconcertado pero respondió:
- Son los hombres los que me divierten, ¿no ve como llevan sus vidas? Son todos unos farsantes y mentirosos, viven en una gran burbuja de mentira, la respiran todo el tiempo. Es divertido verlos como lentamente se dan cuenta que esta es una vida miserable y que no merece la pena vivirla- Hizo una pausa como esperando una reacción en mi que no ocurrió y luego continuó- Por mi ya no me preocupo, los caballeros fantasmas vienen por mi cabeza en menos tiempo del que muchos creen, menos del que usted seguramente cree, y doctor, si me permite haerle una pregunta ¿tiene algo de malo burlarse y disfrutar de las desgracias ajenas mientras espero que el cancer me de una lenta y dolorosa muerte que la he venido experimentando desde hacealgún tiempo?

- No es mi trabajo juzgarlo, usted lo hace por si mismo, justificando sus acciones y su propia maldad por medio de una enfermedad. Yo no podría juzgarlo pues disfruto mi trabajo y este incluye ver morir lentamente a los internos de este recinto hospitalario; disfruto ver la muerte y estar rodeado de ella, y seguramnte disfrutaré también el momento de su muerte, más que el de ningún otro paciente que haya pasado por mis manos, porque lo acabo de conocer y darme cuenta de su hipocresía, a pesar de que tiene los ojos abiertos para ver y disfrutar el ácido humor que nos proporciona el azar, y la vida misma. Disfrutaré el ver como finalmente se gana su libertad y como lentamente y probablemente con dolor se irán soltando las ataduras que lo mantienen en este sucio mundo para finalmente desaparecer en la nada, y nadie lo recordará en algunos años y su vida fue tan valiosa como la de otros tantos que han pasado por acá. ¡Nada valiosa!

Aquel anciano sonrió al escuchar mis palabras.
- El verdadero enfermo acá es usted, pues mientras la naturaleza de mi ser fue cambiando con el tiempo, solo con el hecho de experimentar el dolor en mi propio ser fue cuando aprendí a disfrutar el observarlo en los demás. En cambio su alma podrida disfruta el dolor de aquellos que no lo escogieron, el dolor de los desahuciados, de los moribundos y de los olvidados. Yo disfruto verlo en aquellos que se hunden por sus propios medios, usted en cambio de aquellos que sufren por el azar.

- A aquellos que usted observa no tendría sentido observarlos, no son especiales, son idiotas e imbeciles al igual que usted lo era y lo es en algunos sentidos, no aportan nada a la especie humana, cuya mayoría debería simplemente desaparecer pues son solo parásitos.

Mientras pronunciaba estas palabras continuaba brindandole el medicamento apropiado para hacer desaparecer su dolor.

- Usted podría liberarme sin ningún remordimiento. Usted es el mismo diablo.

Esas fueron las últimas palabras que pronunció antes de que comenzaran los efectos iniciales de la dosis letal que terminaba de brindarle. Se ganó su boleto de salida de este enfermo mundo, pero era igual a todos, creyéndose con el derecho de juzgar los motivos y las acciones. Se creyó capaz de juzgar mi odio hacia todos los de su clase.


Escrito por SergioMC

2 comentarios:

YQS dijo...

¡Felicitaciones, Doctor! No solo se ha atrevido a iniciar un maravilloso Blog que dé rienda suelta a sus ansias creativas (de las cuales pienso disfrutar, si usted me lo permite), si no que también lo ha iniciado con un gran cuento que da una muestra de su ácido estilo de escritura.

Esperemos que lo actualize periodicamente y que dos primicias que he tenido el placer de leer (¿Puedo nombrarlas o es spoiler?) tengan su lugar aqui.

Sin más halagos, me despido.

¡Mucha suerte!

Oldblog dijo...

Excelente, ñoño... no sé quién de todos nosotros es el más hipócrita... ¿Será la hipocresía la gracia de la naturealeza humana?