Sus besos sabían a tristeza. Pero a diferencia de la amarga tristeza a la cual estaba costumbrado esta era una tristeza dulce. Una tristeza nostálgica que tenía gusto a mango y aroma de guayaba. Me pregunté si podía ser esa la cura de la misantropía.
Me di cuenta que estaba esperando morir.
martes, 9 de junio de 2009
Absorptus
Publicado por SergioMC en 22:10 4 comentarios
Etiquetas: SergioMC
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